Venezuela resiste y avanza victoriosa al cumplirse ocho años del decreto injerencista de EE.UU.

El 9 de marzo de 2015, el entonces presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, emitió un decreto que califica a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior” del país norteamericano; ocho años después, el pueblo venezolano, junto al presidente Nicolás Maduro, se mantiene en resistencia ante…


El 9 de marzo de 2015, el entonces presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, emitió un decreto que califica a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior” del país norteamericano; ocho años después, el pueblo venezolano, junto al presidente Nicolás Maduro, se mantiene en resistencia ante las consecuencias de la acción imperial, logrando superar las adversidades y en pie firme hacia la recuperación real de la economía nacional.

De acuerdo con analistas, este tipo de medidas son un antecedente para justificar la intervención estadounidense en los países señalados de “amenaza” a sus intereses políticos y económicos, como parte de la política de “máxima presión” que aplica el imperialismo con el objetivo de derrocar gobiernos que no se subordinan a sus designios, como es el caso de Venezuela.

Una vez anunciada la Orden Ejecutiva 13692, conocida comúnmente como “decreto Obama», el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, encabezado por el presidente Maduro, se pronunció para repudiar la política hostil de la Casa Blanca, que abriría paso a la imposición de más de 900 medidas coercitivas unilaterales contra la estabilidad económica de la nación suramericana.

En este sentido, Venezuela inició una campaña nacional para exigir al Gobierno estadounidense la derogación de la medida injerencista, por lo que se activó un proceso de recolección de firmas casa por casa, como parte de la campaña “Obama, deroga el decreto ya“, que tuvo, en principio, el objetivo de alcanzar 10 millones de rúbricas, pero superó las expectativas, al sumar alrededor de 13 millones y medio de firmas que, en su momento, fueron remitidas a Washington, sin obtener respuesta.

Las consecuencias derivadas de esta política criminal del imperialismo norteamericano repercuten contra el bienestar de todo un pueblo, todo ello denunciado, con pruebas, ante la Corte Penal Internacional (CPI), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y demás espacios multilaterales, como una flagrante violación a los derechos humanos de las venezolanas y los venezolanos.

Renovación de los ataques

El pasado 2 de marzo, como cada año desde 2015, el ahora inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, renovó la referida orden ejecutiva, dando así continuidad a la agresión criminal contra el pueblo venezolano.

Nuevamente, el Gobierno Bolivariano condenó mediante un comunicado la afirmación infundada de que la nación representa algún tipo de amenaza contra EEUU, «aún más cuando es evidente que ha sido Venezuela el país que ha tenido que enfrentar una multiplicidad de amenazas, chantajes, agresiones y ataques que vulneran los derechos humanos de todo el pueblo venezolano, atropellan las normas establecidas en el derecho público internacional y constituyen un crimen de lesa humanidad».

https://mppre.gob.ve/comunicado/venezuela-rechaza-extension-politica-criminal-agresion-eeuu/

«Con esta prorrogación de la política errática de la Casa Blanca, un gobierno que se jacta de defender los derechos humanos y los principios de la democracia, no hace sino revelar, una vez más, su carácter autoritario, cruel y mentiroso, su irrespeto a la soberanía y a la autodeterminación de los pueblos, y su condición esencialmente colonialista que pretende, a través de todo tipo de presiones, someter por la fuerza al pueblo libre de Venezuela», continúa el documento.

Ocho años del bloqueo criminal

Sobre Venezuela pesan más de 900 medidas coercitivas unilaterales, derivadas de esta orden ejecutiva, que se concentran en su mayoría en el sector financiero y en la industria petrolera nacional, de acuerdo con el Observatorio Nacional de Medidas Coercitivas Unilaterales.

Pese a ello, el país avanza en la recuperación de sus equilibrios macroeconómicos y en el crecimiento del Producto Interno Bruto, que plantean desde el año 2021 un escenario de expectativas favorables para su economía.

En línea con la recuperación económica, Venezuela también en 2021, 2022 y lo que va de 2023, avanzó en la reducción de la inflación, un fenómeno inducido por las mal llamadas sanciones y el bloqueo.

A más de dos años de la publicación de la Ley Constitucional Antibloqueo para el Desarrollo Nacional y la Garantía de los Derechos Humanos, Venezuela muestra avances significativos en su economía, lo que sin duda es un logro importante en procura del bienestar de la nación.

Prensa MPPRE

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