La fuerza laboral del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores acompañó este jueves a miles de venezolanas y venezolanos en una multitudinaria marcha por la paz mundial, en la que reafirmaron el compromiso del pueblo y el Gobierno Bolivariano con la resolución pacífica de los conflictos internacionales, además de ratificar la solidaridad con las naciones que enfrentan agresiones externas, especialmente los países hermanos Irán y Palestina.
Desde la ciudad de Caracas, la movilización reunió a representantes del Ejecutivo nacional, líderes de movimientos sociales, diplomáticos, partidos del Gran Polo Patriótico y pueblo en general, quienes alzaron su voz con consignas a favor del diálogo entre naciones, el respeto a la soberanía y el rechazo a la violencia como método de resolución de conflictos.
Durante su participación en la actividad, el embajador de la República Islámica de Irán en Venezuela, Ali Chegni, denunció que su nación está agredida “por los representantes del imperialismo, un fenómeno sionista, terrorista y racista”, en referencia a la escalada contra el país por parte de Israel.
Al referirse a las autoridades del régimen sionista, Chegni indicó que son racistas que no conciben a otros pueblos como seres humanos, y se consideran superiores a los demás, algo que “no tiene nada que ver con la religión y los principios humanos”.
El diplomático iraní agradeció al pueblo venezolano por la solidaridad y la defensa de los principios humanos a favor de las poblaciones oprimidas del mundo.
Por su parte, el embajador del Estado de Palestina en Venezuela, Fadi Alzaben, expresó su profundo agradecimiento al presidente de la República, Nicolás Maduro, y al pueblo venezolano por su respaldo incondicional a las víctimas de los ataques de Israel.
“Gracias por tanto apoyo y tanta solidaridad. Esta es otra muestra de rechazo al genocidio que está cometiendo Israel en Palestina y países del Medio Oriente”, expresó, mientras fustigó que el régimen sionista ha masacrado a miles de personas inocentes con el respaldo del Gobierno de los Estados Unidos, en medio del silencio cómplice de las organizaciones multilaterales.





