En el marco de la Conferencia Internacional “Colonialismo, Neocolonialismo y los despojos territoriales del Imperialismo Occidental”, organizada por el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, se celebró este jueves el panel “Sistema de Naciones Unidas ¿La Nueva Colonización? Hacia una refundación necesaria”, moderado por el viceministro para Temas Multilaterales, Rubén Darío Molina.
Desde la Casa Amarilla Antonio José de Sucre, en Caracas, el sociólogo italiano Pino Arlacchi resaltó la necesidad de refundar la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “manteniendo los principios sobre los cuales se fundó, pero con una estructura completamente nueva de la A a la Z”.
“Tenemos la oportunidad de hacerlo por las situaciones internacionales actuales sin precedentes, porque hay una mayoría de Estados que quieren una refundación”, señaló, al hacer referencia al conflicto entre Rusia y Ucrania, el genocidio del régimen sionista de Israel contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza y las amenazas de Estados Unidos (EEUU) contra Venezuela.
En este sentido, Arlacchi manifestó que ha emergido “una nueva entidad política mundial que tiene la posibilidad de refundar la ONU” y abolir el Consejo de Seguridad, que concentra las decisiones para el accionar del ente multilateral sólo en cinco países.
Por su parte, la asesora jurídica internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Nicaragua, Claudia Rosa Obregón, indicó que “la dinámica dentro del Consejo de Seguridad todavía refleja la dinámica colonial”, lo que calificó como inaceptable tras 80 años de fundada la Organización.
“La igualdad soberana solamente existe entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad , los cuales además extendieron su poder de veto a las reformas de la Carta (de la ONU). De tal forma que en el único órgano autorizado para tomar decisiones vinculantes, que es el Consejo, no existe igualdad soberana ni de representación ni de poder para todos los Estados más allá que para sus cinco miembros”, fustigó, por lo que coincidió con Arlacchi en la necesidad de eliminar este espacio.
El mundo actual es un mundo convulso en que a grandes rasgos pugnan las fuerzas de un capitalismo salvaje, empeñado en un mundo unipolar de hegemonía por la fuerza y la guerra. Y, por otro lado, las fuerzas y los países que claman por la soberanía, el desarrollo, los derechos humanos y la paz.

