Caracas, 23 de junio de 2025
Excelentísimo señor:
Reciba un saludo fraterno del Pueblo y del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, junto con nuestro firme compromiso con la paz, el desarme y el respeto al derecho internacional como fundamentos esenciales de la convivencia entre las naciones.
La situación en Asia Occidental ha entrado en una fase de máxima tensión y violencia. La intensificación de las agresiones del Estado de Israel hacia la República Islámica de Irán, agravada por la acción militar de Estados Unidos al bombardear territorio iraní, amenaza con desencadenar una crisis con consecuencias catastróficas, de naturaleza nuclear contra la
región y el mundo.
A ello se suma la persistente negativa de Israel a desmantelar su arsenal nuclear no declarado, así como su rechazo a someterse al régimen de inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y a adherirse al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Esta impunidad sostenida representa un serio riesgo para la seguridad colectiva y socava los principios del sistema multilateral.
Frente a este panorama, Venezuela hace un llamado urgente a que las organizaciones del Sur Global, incluyendo al Movimiento de Países No Alineados, la Liga de Estados Árabes, la Organización de Cooperación Islámica, el Consejo de Cooperación del Golfo, la Unión Africana, los BRICS, la CELAC y otras instancias regionales, para que promuevan de manera conjunta un cese al fuego inmediato y completo en Asia Occidental.
Este llamado al cese de hostilidades debe constituir el primer paso hacia una solución política integral, construida desde el diálogo, la legalidad y el respeto soberano entre los Estados.
De manera urgente, propongo, muy respetuosamente, la convocatoria de una Cumbre por la Paz y contra la Guerra, para enfrentar el peligro creciente de un conflicto que podría arrastrar a la humanidad al abismo de una guerra nuclear, la cual debería celebrarse a la mayor brevedad posible en un país de la Región, con el fin de asegurar la participación directa de los actores más involucrados y enviar una señal clara de voluntad regional por la paz.
Esta cumbre creemos que debería estar liderada colectivamente por la Liga Árabe, la Organización de Cooperación Islámica, la Organización de Cooperación del Golfo y los BRICS, con el compromiso de potencias globales de paz como la República Popular China y la Federación de Rusia, contando con la participación plena y activa de las naciones del Sur Global comprometidas con el multilateralismo y la paz.
Asimismo, como parte de los compromisos que la Cumbre debería buscar impulsar, proponemos avanzar en la creación de una Zona Libre de Armas Nucleares en Asia Occidental, y exigir al Consejo de Seguridad un mecanismo inmediato de desarme nuclear en Israel, cuyo arsenal secreto representa una grave amenaza a la estabilidad regional y del mundo.
En 1958, en pleno apogeo de la Guerra Fría, la URSS presentó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, una primera iniciativa para convertir la región del “Oriente Próximo y Medio” en una zona de paz libre de armas nucleares, una propuesta que defendía la integración regional basada en la no proliferación y la cooperación pacífica, marcando el primer esfuerzo multilateral hacia la desnuclearización regional.
En diciembre de 1974, Irán presentó la primera resolución en la Asamblea General de la ONU para formalizar el “establecimiento de una zona libre de armas nucleares en la región del Medio Oriente”, copatrocinada por Egipto. Esa resolución fue aprobada sin ningún voto de oposición.
Desde entonces, la ONU ha renovado ese mandato periódicamente, confirmando así un consenso internacional histórico a favor de una zona libre de armas nucleares en Asia Occidental, consenso que hoy en imperativo reafirmar y materializar.
Del mismo modo, reiteramos que una paz duradera en la región será imposible sin una solución justa al conflicto palestino, conforme a las resoluciones de Naciones Unidas, que reconocen el derecho del pueblo palestino a un Estado soberano con Jerusalén Este como su capital, y al retorno de los refugiados.
Venezuela reafirma su convicción de que solo un enfoque inclusivo, basado en el respeto al derecho internacional y en la igualdad soberana entre las naciones, puede garantizar una paz verdadera en Asia Occidental.
Confiamos en que este llamado será escuchado y contribuya a forjar un consenso internacional firme para detener la guerra, contener la amenaza nuclear y construir una arquitectura de paz sustentada en la justicia.
Nuestros pueblos esperan que detengamos la guerra y que hagamos una paz duradera sobre los principios de la Organización de las Naciones Unidas. Tenemos el deber impostergable de un accionar colectivo responsable a favor de la existencia humana en todos los rincones del planeta.
Reciba usted las seguridades de mi más alta consideración y respeto.
NICOLÁS MADURO MOROS